Aragón en Silla de Ruedas, Viajeros sin Límite, Esqui Adaptable y Parapente Accesible en Aragón, 2 VIDEOS

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Aragón con silla de ruedas

                                  Aragón en Silla de Ruedas

MIGUEL NONAY IN ARAGÓN, VIAJES NACIONALES, 8 JULIO, 2014

viajablog.com

Este es mi viaje por Aragón, con mi silla de ruedas y con amigos que se han subido a sillas de ruedas y hemos recorrido esta tierra hermosa, llena de historia, con una naturaleza salvaje y con lugares accesibles para disfrutar con intensidad. Volar, esquiar, disfrutar de la gastronomía tan exquisita, conocer su extensa historia, su espectacular naturaleza o sus gentes que son el mayor tesoro. Restaurantes, hoteles, rutas, actividades. Desde los Pirineos en Huesca al Matarraña en Teruel, desde la Laguna de Gallocanta a los Amantes de Teruel.

Aragón es una tierra extensa con un transporte público por carretera que a excepción de centros urbanos no está adaptado. Mi recomendación es recorrerlo en coche disfrutar de cada kilómetro, de cada pueblecito… porque cada trocito de esta tierra es diferente.

Nuestro viaje comenzó en la Provincia de Huesca, por el Sendero de la Tamara, en la Sierra de Guara, que tiene un premio a la accesibilidad, aunque el mejor premio es el que te espera con su paisaje; realicé con Eva una excursión por al Valle de Pineta, por un sendero con accesibilidad natural que hizo que me emocionara y recordara cuando lo recorrí caminando, con mis muletas. Conocimos Bierge y la Almazara Ferrer que producen unos aceites que convierten en caviar el huevo frito.

En la Provincia de Zaragoza descubrí la Laguna salada más grande de Europa, Gallocanta, un referente en aves migratorias. Con mis amigos conocí el Moncayo y sus secretos, Tarazona, su plaza de toros donde no se torea, sino que se vive y su catedral toda una joya y accesible, y, por supuesto, el Monasterio de Veruela, lleno de mitos, de leyendas y con la huella de Gustavo Adolfo Becquer en sus paredes, conocimos algo tan humano y ancestral como es la cerámica hecha a mano en Muel y la alquimia milagrosa que es la conversión de las uvas en un excelente vino en Bodegas Care, en Cariñena.

La Provincia de Teruel es naturaleza y lo descubrí recorriendo con Eva y buenos amigos el Parrizal de Beceite, en el Matarraña. Pero también sentí la historia a través de la Catedral de Teruel, de sus gentes, paseando por unas calles bulliciosas y llenas de vida y, me embriagué de amor y ternura en el Mausoleo de Diego e Isabel, los Amantes de Teruel.

Y todo esto lo hice sin bajarme de la silla de ruedas y sin preocuparme por ella mientras disfrutaba, me emocionaba y me divertía.

Este viaje no lo he realizado solo y me han acompañado amigas y amigos que querían conocer Aragón desde medio metro de altura, así que se han subido a una silla de ruedas y solo se han levantado para dejársela a otra amiga o amigo que quería sentir esa experiencia y comprobar la accesibilidad de Aragón.

Viajeros sin límite: Aragón en silla de ruedas

Dicen que una de las cosas que descubres al viajar es un nuevo punto de vista ante la vida. Conoces a personas que afrontan problemas similares a los tuyos – o completamente opuestos – y te enfrentas a situaciones a las que no estás acostumbrado, adquiriendo un caudal de conocimientos que no lo imparten en ninguna Universidad. A veces ese punto de vista no se adquiere a muchos kilómetros de distancia sino a poco más de un metro sobre el suelo, en una silla de ruedas.

Por primera vez en mi vida, hace unas semanas tuve la ocasión de pasar cinco días viajando en silla de ruedas. Es una situación en la que la gente se ve inmersa por causas ajenas a su voluntad y a la que me sometí voluntariamente. La idea detrás de la invitación de Miguel Nonay, que es un viajero sin límite aunque para él la silla de ruedas no es una elección sino una necesidad, es que un blogger de viajes experimentara en primera persona las sensaciones y dificultades de viajar en silla de ruedas.

Concienciarse de que no es fácil es una cuestión de segundos. No se me había ocurrido que las sillas de ruedas tuvieran frenos que conviene poner cada vez que te paras, si quieres descansar los brazos. Tampoco de que fueran recomendables unos guantes para moverla.

No puedes hacerlo con una sola mano. Como ávido usuario de redes sociales y fotógrafo aficionado, el móvil y la cámara siempre están conmigo. Pero no puedes hacer una foto con el teléfono o tuitear mientras te mueves. Las ruedas de la silla te desplazan pero no son piernas: si intentas moverte con una mano en vez de las dos, giras.

Tu perspectiva de las cosas también cambia. Ya no te agachas a contemplar un artefacto en exhibición en un museo, lo tienes a la altura de los ojos. Pero muchos otros artículos te los pierdes o sólo puedes verlos parcialmente.

Y para llegar a ellos si tienes suerte hay rampas. Pero las calles no suelen estar preparadas para una silla de ruedas así que la inclinación que tienen no admite tregua. Nunca sabrás lo que cuesta una cuesta hasta que sólo puedes usar los brazos para superarla

                                              .Aragón en Silla de Ruedas

Como podéis ver en el vídeo (mención especial para Yurka Griemsmann, cámara de Miguel quien estoicamente soportó mis “¿Me podrías hacer el favor de grabarme aquí…?” y me echó una mano con él) durante los cinco días que viajé por Aragón hicimos recorridos interiores y exteriores. Las apariencias, cuando estás en una silla de ruedas, engañan y a veces para salvar lo que parecía un pequeño desnivel se requería la ayuda de algún compañero.

Abrir una puerta es una labor casi de precisión. Esquivar el enrejado que protege canalizaciones de alcantarillado tiene su truco. Afortunadamente, en los lugares que reciben muchos visitantes, los lavabos accesibles están generalizados. Si, lo intenté. No, no lo conseguí y me acabé levantando de la silla para orinar.

Antes de juzgar a una persona, camina tres lunas en sus zapatos” (Proverbio hindú). Parafraseando el proverbio, todos los que podemos caminar deberíamos usar tres días una silla de ruedas para entender mejor lo que significa moverse así, aunque no salgamos de nuestra ciudad de residencia. Os aseguro que es una experiencia para reflexionar y que no se os olvidará, aunque se pasen los dolores de los hombros y brazos, especialmente cuando veáis un coche mal aparcado sobre un paso de cebra tapando la rampa de bajada al mismo desde la acera.

En Europa existen entre 40 y 50 millones de personas con algún tipo de discapacidad que son potenciales viajeros a un destino. Si uno lo piensa aunque sólo sea en términos monetarios, y dado que suelen viajar acompañados, suponen una importante inyección económica allá donde vayan.

No hay que tener miedo a invertir en rampas, eliminación de barreras arquitectónicas y adaptación de instalaciones para este tipo de clientes. Sus necesidades pueden ser especiales pero ellos no lo son. Tienen tantas ganas de viajar como los demás y lo que necesitan no es un trato exclusivo sino inclusivo

 

                                        .Aragón en Silla de Ruedas

 

 

 

 

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